Ayer día 10 de abril, en la librería Desnivel (Madrid), se
celebró un acto de homenaje al 40 aniversario de la primera ascensión invernal por
la cara oeste al Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes (Picos de Europa, Asturias).
Esta mítica ascensión estuvo protagonizada por 4 alpinistas, Miguel Ángel
García Gallego (Murciano), José Ángel Lucas, César Pérez de Tudela y Pedro
Antonio Ortega (Ardilla), y fue muy seguida por los medios, ya que esta
invernal se había cobrado varias vidas y se realizaron rescates muy espectaculares.
El Picu Urriellu tiene una altitud de 2.519 metros y, aunque
no se trata del pico más alto de la Cordillera Cantábrica, puede ser
considerado como uno de sus picos más conocidos, así como una de las cumbres
emblemáticas de España, sobre todo desde el punto de vista de la escalada en
grandes paredes. Especialmente por los 550 metros de pared vertical de su cara
oeste, llegando a ser considerada por Pérez de Tudela como la cima de España,
dada la dificultad de su escalada y la satisfacción de su coronación.
La primera referencia escrita al “Picu Urriellu” como
“Naranjo de Bulnes” se debe al ingeniero y geólogo alemán Guillermo Schulz, que
en 1855 editó el primer mapa topográfico y geológico de Asturias. En todo caso,
el origen de esta denominación no está claro, dado que los habitantes de la
zona históricamente siempre se refirieron al Naranjo como “Picu Urriellu”, no
siendo la denominación ni popular ni la tradicional. Tal vez sea debido al
color anaranjado de la piedra caliza de la que está formado. Los vecinos de
Bulnes lo expresan con el siguiente verso "No
me llaméis Naranjo, pues fruto no puedo dar; llamadme Picu Urriellu, que es mi
nombre natural".
La primera escalada se llevó a cabo por su cara norte (por
la conocida actualmente como Vía Pidal-Cainejo) el 5 de agosto de 1904 por
Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa de
Asturias,
acompañado por el pastor Gregorio Pérez Demaría “El Cainejo”, natural del
pueblo de Caín (León). Pedro Pidal (35 años) quería a toda costa que ningún
extranjero fuera el primero en subir al Picu y por eso compró en Inglaterra la
mejor cuerda de pita, trajo unas alpargatas de París (los primeros pies de
gato) y contrató a el Cainejo (51 años), compañero de múltiples travesías y
ascensiones, como guía. El 5 de agosto comienzan a ascender por la que luego se
llamará la vía Pidal- Cainejo, inaugurando no solo la ascensión a ese totémico
monolito sino también la escalada en España. El Cainejo tomo la iniciativa de
la escalada, y descalzo, iba subiendo a la vez que aseguraba a su compañero,
siendo el primero en llegar a la cumbre. Para bajar, en los los tramos más
complicados, el Cainejo bajaba a Pedro Pidal y luego bajaba él.
El 8 de febrero de 1973 la cordada formada por el Murciano, José
Ángel Lucas, César Pérez de Tudela y el Ardilla llegaron a la cumbre del Picu
por la cara oeste, siendo el primer equipo en conseguir dicha ascensión en
invierno. En la conferencia, Pérez de Tudela explicó la gran tensión que había
en el ambiente poco antes de comenzar la escalada, más teniendo en cuenta que
una gran parte de los intentos anteriores habían acabado en tragedia. Él mismo
participó en el rescate de algunos de ellos.
Un año antes de esta ascensión,
una cordada formada por dos escaladores españoles se precipitó al vacío cuando
les quedaba poco para llegar a la cima. El escalador que iba abriendo la vía cayó,
y fueron saltando uno a uno todos los anclajes, arrastrando en su caída al
compañero. Ambos quedaron colgados de la cuerda en un último anclaje, a 500 m
del suelo, durante días, hasta que Pérez de Tudela, que había subido con otros
4 vascos para el rescate, descendió 120 metros con una cuerda echa a partir de
otras 3 que anudaron, llegó a la altura de la cuerda de los escaladores, y al
ver que habían fallecido, la cortó. Los cadáveres fueron recogidos en la base
del Picu. Pérez de Tudela contó cómo, al ver el libro de piadas del refugio de
la Vega del Urriellu, se acojonó leyendo las últimas palabras de estos
escaladores ya fallecidos, sus antecesores en el intento: “Aquí estamos para intentar la ascensión, no sabemos si llegaremos. Que
Dios nos ayude”. Finalmente, y aunque en repetidas veces durante la ascensión
se preguntó quién era él para lograr lo que otros no habían conseguido, llegó a
la cumbre junto a sus otros 4 compañeros de cordada.
Una ascensión histórica a una montaña mítica.