domingo, 23 de abril de 2017

Salidas Alpujarreñas en Familia

Por circunstancias obvias hemos tenido que empezar a buscar las rutas de senderismo más cortas y suaves para poder disfrutar con niños pequeños en la mochila…y hemos encontrado una zona ideal: la Alpujarra.

En Semana Blanca nos fuimos tres días con nuestra furgoneta hacia la aventura! El primer día hicimos una ruta con nuestros amigos en la Estación Recreativa Puerto de la Ragua, donde había nieve y muuucha gente. Como la gente no se suele alejar de la zona de las trineos, se puede disfrutar con tranquilidad de varios paseos en los alrededores del Puerto.

El aparcamiento es ideal para establecer el campamento base y hacer rutas alrededor, incluso es posible que se puede pernoctar con la furgo. Nosotros sin embargo nos quedamos en un camping cercano. En este mismo aparcamiento se pueden alquilar trineos, y con bastante nieve hay rutas de ski de fondo.

Para mas info visitar: http://www.puertodelaragua.com


Ruta en Puerto de La Ragua




El segundo día hicimos una ruta corta pero muy bonita para ver un enorme castaño milenario! La salida fue en el pueblo de Laroles, donde hay un camping ideal para quedarse (100% recomendable). El dueño del camping es un tipo simpático y te explica todas las rutas y las muchas posibilidades para divertirte por la zona (+info: http://campingalpujarras.es)


Sendero de Castaño Milenario sale del mismo camping

El último día visitamos Ohanes, un pueblecito cercano que nos recomendó el dueño del camping y que no nos decepcionó. Hay que tener cuidado con la ruta que hay alrededor del pueblo porque la señalización es escasa y te puedes perder fácilmente.



Ruta alrededor de Ohanes



Ohanes


Ruta de Ohanes

domingo, 9 de abril de 2017

ASCENSIÓN AL TOZUELO DEL CARTUJO-SIERRA NEVADA

El día escogido para nuestra nueva expedición a Sierra Nevada fue el menos adecuado cuando se ha de madrugar, y es que perdíamos una hora de sueño por el cambio de horario. Pero la montaña no espera y partimos de Benalmádena a las 6 de la mañana. Después de poco más de dos horitas llegamos al inicio de ruta en el aparcamiento de la Hoya de la Mora, donde ingerimos algunas grasas muy saturadas para combatir el helado viento que batía sobre el coche.


El termómetro bajaba de cero y la ventisca hizo toda una aventura el equiparnos para la ascensión (¡tardamos más de media hora en ponernos las botas y polainas!). Eso sí, el día amaneció muy soleado y con pocas nubes a la vista. Arrancamos buscando la pista que sube a Borreguiles con el viento azotándonos y amenazando con hacernos besar el suelo o salir volando. La nieve era más escasa de lo que esperamos pero tras media hora el hielo hizo que nos pusiéramos los crampones.


Pasamos rápido por Borreguiles (la parte más fea de la ruta por la masificación de la estación de esquí), bordeamos la gran antena que vigila toda la estación por su lado norte y bajamos a los Prados Virgen de la Ermita para encontrarnos frente a nosotros nuestra meta, “el tozal del Cartujo”. A los pies de nuestra cima paramos a degustar una proteica comida y aprovechamos para proteger nuestra poca piel expuesta y desprendernos de algo de ropa ya que el Lorenzo apretaba. 

Aquí comienza la verdadera montaña, fuera ya de las pistas de esquí y con paredes con desniveles que quitan el hipo. El viento nos dio una tregua durante la subida aunque por el camino, en una maniobra un tanto arriesgada para la toma de las fotografías que ilustran este reportaje, un guante decidió volver a la base y un miembro del equipo de alpinistas (Jorge alias el sheriff) tuvo que bajar a recogerlo para volver a subir más de 100 m (aquí es donde las grasas industriales polisaturadas del desayuno hicieron su función). 













Después de esta dura sección, el terreno perdió ligeramente algo de pendiente, y con la mirada puesta en el hito de la cima llegamos hasta los 3200 m de altitud que coronan el tozuelo del Cartujo, entre los Tajos de la Virgen y del Nevero, cerca del refugio Elorrieta. La emoción hizo que descorcháramos la botella de agua y diéramos rienda suelta al chorizo y las mandarinas, descansando lo justo en una terraza casi vertical con unas vistas de vértigo. La bajada a los prados fue lenta y con cautela, puesto que fue más directa y expuesta, pero en 40 minutos estábamos ya camino del observatorio para enlazar con las pistas hacia Borreguiles.

El viento volvió a acompañarnos en el regreso al parking-base, donde al llegar pudimos degustar una tortilla semi-congelada pero muy rica, de las que el sheriff suele preparar en las expediciones. Y así acaba la temporada de Invierno del CMSN; ¡habrá que ver qué nos trae la primavera!